Para Paula la vida no es azul.
Y no le gusta sentirse reflejada con un solo color.
Lo que realmente le gustan son los collares grandes y esto poco tiene que ver con nada.
Solo le gustan y ya.
Para Paula la vida es un regalo con cartas e historias de amor que sobreviven al tiempo y la distancia.
Cree en todo aquello que sea real y sin aditivos (y también en las galletas con mensajes para la suerte).
A Paula le gustan los desayunos, los vestidos, nadar en el mar y también las flores.
Y no cree en ningún mensaje del tipo: “contigo mis sueños se van cumpliendo” porque aprendió a cumplirse todo los sueños sola y con muchísimo esfuerzo.
Además de todo esto Paula es madre y hoy no quiere celebrar nada “especial”, pero se pondrá una copa de vino, o tal vez dos. Y brindará por ella y por su hija.
Por la normalidad y la diferencia.
Por cualquier cosa que otorgue dignidad y no solo el trabajo.
Por la inclusión de lo feo y lo bonito en esta misma vida; en este mismo mundo.
Paula brindará por este cielo. Que además de azul y nubes,
también está cargado de estrellas.